importancia de defenderse

Siempre he querido aprender a boxear. Pequeña y tirillas que soy, desde siempre, he compensado mi falta de fortaleza física con mucho carácter y cierta habilidad para esquivar las situaciones complicadas.

Es verdad que en alguna ocasión (pocas) he dado un bofetón para defenderme, pero creo que en esas ocasiones el "contrincante" se ha sentido más desconcertado que dolorido, y yo he aprovechado la situación para o largarme o echarle.

Hace unos días una amiga vivió una situación digna de peliculón de hora de la siesta de Antena 3.

Saliendo por ahí de copas había conocido a un chico, extranjero, que trabajaba en la embajada de su país. Un hombre en apariencia culto y educado, que la invitó a cenar algunos días más tarde. La fue a recoger al trabajo, le regaló un enorme ramo de flores y la llevó a un restaurante. Un restaurante que no distaba mucho de la casa de él. Primera señal de alarma.

La cena transcurrió sin inconvenientes. Se rieron y lo pasaron bien, y cuando llegó la hora del café él le dijo "no, lo tomamos en otro sitio, que aquí lo hacen muy malo".

Salen del restaurante y van caminando. Terminan (como no podía ser de otro modo) en el portal de su casa.
– "Venga, te invito a un café, que lo hago muy bueno y así ves las vistas, que tengo una terraza estupenda".
– "Oye, tienes claro que no me voy a acostar contigo ¿verdad?".
– "Sí, sí, tranquila. Es que me apetece invitarte a un café en mi casa".
Ella piensa que bueno, que el chaval tampoco ha hecho nada malo... aún, que lo mismo es un poco paranoica. Le da una oportunidad.

Suben y él empieza a encender velas por todas partes. Ella, a abrir todas las llaves de luz "esto está muy oscuro... no se ve un pijo". Segunda señal de alarma.

En vez del café, él saca una botella de champán. Tercera señal de alarma. Ella le da dos sorbos y se siente mareada, un poco más mareada de lo habitual. Deja el champán y le pide que por favor le ponga ese café, porque empieza a estar un poco borracha.

Se termina el café y dice "bueno, me voy ya, que estoy muy cansada". Él la acompaña hasta la puerta y cuando va a salir le impide el paso. "Venga, déjame pasar, que me quiero ir". Él la agarra y la besa. Después de ese beso ella le intenta apartar, él la agarra, ella le da un empujón ya serio. Él le dice "que sepas que me sé defender" y la agarra por el brazo arrastrándola al dormitorio. Aquí ella ya tiene que emplear la fuerza bruta y le atiza un puñetazo en el estómago... No he contado que ella hace full contact y boxeo, y sabe defenderse perfectamente.

Consiguió marcharse de la casa, y ponerse a salvo, pero se quedó con la idea de que si en vez de ella el tipo hubiera topado con otra, una niña joven, que no se supiera defender, élla habría forzado seguro.

Hay que andarse con mucho cuidado, siempre lo digo. Y después de esta historia aún tengo más ganas de aprender a boxear y defenderme.

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